EL MÉRITO DE BEETHOVEN

Como bien sabéis, Beethoven es uno de los músicos más determinantes de la historia de la música. Pero como quizá también sabréis, el audio nunca estuvo de su lado...o sí.


A los 27 años, en 1798, Beethoven advirtió que de tanto en tanto tenía dificultades para oír. Dos años más tarde visitó por primera vez al médico por ese motivo. En 1802, seguía perdiendo gradualmente la facultad de oír y ya temía quedarse total e irremediablemente sordo.


Ya entonces había compuesto la mayor parte de sus obras que, a la postre, pasaron a la historia. Pero la sordera no paró a Beethoven. 


En 1802, el músico romántico, harto de los consejos de médicos insensatos y prediciendo desolado una dolencia en sus oídos que se tornará incurable, escribe el Testamento de Heiligenstadt en el que muestra con desesperación lo irónico que es para un compositor de renombre perder el sentido que lo caracteriza y cómo la sordera le lleva a enclaustrarse poco a poco…a ausentarse de tertulias, de conversaciones, de amigos… Cuenta cómo llegó a pensar incluso en el suicidio, y cómo el sentimiento de no haber terminado por expresar todo lo que sentía le llevó a abandonar rápidamente esta idea.
Un buen enlace a la traducción de dicho escrito lo tenéis aquí:


http://www.lvbeethoven.com/Bio/LvBeethoven-Testamento-Heiligenstadt.html




En 1820 se había quedado totalmente sordo y, aunque dejó de actuar en público, se negó a abandonar la composición. Parece que Beethoven está definitivamente acabado, ya que su obra cada vez era menos seguida y, por tanto, se llegó a la conclusión de que ha concluido su ciclo artístico. 


Pero en mayo de 1824 estrena nada menos que la "Missa Solemnis" y la "Novena Sinfonía", dos obras en las que, desde la aparente sequedad creadora, se alza a las más altas cumbres de la creación artística. La Historia de la Música estaría falta de uno de sus pilares sin la existencia de la "Novena" de Beethoven, quizá la obra de repertorio más interpretada por todas las orquestas del mundo. 


Por tanto, a pesar de carecer del sentido auditivo, Beethoven nos demostró a todos que las dificultades deben engrandecer las virtudes de cada uno, tal y como le ocurrió a él. Y sobre todo, y en referencia a lo que verdaderamente nos concierne, nos hizo ver que a pesar de que el sentido de la audición no pueda oir, la mente y el recuerdo siempre estarán escuchando.